Si estás empezando en el mundo de las finanzas, es importante que conozcas dos tipos de inversión que te vas a encontrar, según el rendimiento que te generan: renta fija y renta variable.
Entérate cuáles son tres factores clave para aprovechar mejor las inversiones de renta fija y de renta variable en menos de 5 minutos con este artículo.
3 factores clave en inversiones de renta fija y renta variable
Para entender las diferencias entre inversiones de renta fija y renta variable, debes tomar en cuenta tres factores clave: el rendimiento, el riesgo y los impuestos a pagar.
1. Rendimiento
Cuando realizas una inversión de renta fija, conoces de antemano cuánto vas a cobrar y en cuánto tiempo. Es decir, hay una tasa de rendimiento segura que vas a recibir de esa inversión.
Un buen ejemplo de renta fija son los préstamos. Si una persona o empresa otorga un préstamo, se determina previamente cuál es el plazo de pago y la tasa de interés que se aplicará a ese dinero. Un ejemplo real de una plataforma de renta fija serían los pagarés bancarios o los CETES.
Vamos a suponer que el gobierno te ofrece un 7% de rendimiento por invertir $100 en un año. Al finalizar el plazo, recibirás tus 100 pesos más 7 pesos de ganancia. Ahora bien, si decides invertir nuevamente, esta tasa puede cambiar para la siguiente operación.
Por otra parte, una inversión de renta variable no tiene una tasa de rendimiento definida. Su rendimiento depende de cómo se comporta la inversión durante el plazo que la mantienes.
Por ejemplo, si compras acciones de una empresa, lo que ganarás va a depender de los cambios del precio de la acción en el mercado. Un ejemplo de invertir en renta variable sería invertir en el S&P500.
Veamos estos números hipotéticos: adquieres acciones de una reconocida empresa tecnológica en $1.500. Un año después, las acciones han subido su valor a $2.000 cada una. Entonces recibes un rendimiento del 33% ese primer año.
El segundo año las acciones bajan a $1.900 y el tercero suben a $2.100, con rendimientos de -5% y 5% respectivamente. En cada uno de estos periodos el rendimiento ha sido diferente, e incluso has obtenido pérdidas en tu inversión.
2. Riesgo
Las inversiones de renta fija te aseguran una tasa de rendimiento al finalizar el plazo acordado. Así que, independientemente de lo bien o mal que le vaya a la empresa ese año, recibirás tu rendimiento según la tasa estipulada. El riesgo de este tipo de inversiones es menor.
Las inversiones de renta variable no tienen un límite, por lo tanto su riesgo es mayor. Es cierto que podrías recibir grandes rendimientos, como también lo es que corres el riesgo de perder una parte o todo tu dinero.
3. Impuestos
En cuanto a la obligación impositiva, si la renta es fija, al finalizar el plazo de la inversión obtienes un rendimiento y, por ende, se debe pagar el impuesto correspondiente en ese periodo.
Pero si la renta es variable, declaras los rendimientos a Hacienda solo cuando vendes el instrumento financiero (acciones u otros). Así que mientras no vendas, no hay ganancias que declarar, ni impuestos que pagar. Esta es una de las razones por las que invertir a largo plazo es recomendable.
Entonces, los tres factores clave que diferencian las inversiones de renta fija de la renta variable son su rendimiento, el riesgo y los impuestos, con un potencial de ganancias mayor en la renta variable.
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